No hay destino inalterable. Un “mal alumno”, sostiene la autora, es una persona con dificultades que puede cambiar. Pero se necesita una escuela que escuche y actúe antes de que sea tarde.
Mundos íntimos. Soy maestra: una vez trabajé con un chico problemático. Ya adulto, llamó desde la cárcel para contarme su vida.
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